Ganas envenenadas






Y así y todo
correosos torrentes de ternura
se niegan a detenerse
siguen inflando venas y contrasentidos
amores
y la necedad de los que vamos al ritmo de ese pulsar desacralizado de eruditos
ungidos y comandantes:
las lenguas y los estertores se disfrutan mejor cuando te envenenan las ganas...
las de ternura hecha momento de lucha compartida
o gemido
o un silencio que promete otros sabores,
más felices
con menos culpas
y sin cicatrices. (2019)

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